12 de diciembre de 2012

Bici nueva!

Después de más de un año sin escribir nada por aquí, me estreno en el 2012 con un comentario sobre dos ruedas... Espero volver a escribir con más regularidad.

Mis primeras impresiones con la Occam 29, han sido muy, pero que muy buenas.


Decidí realizar el mismo trayecto que hice hace unas semanas con mi antigua 26 rígida, fui a la Dehesa Boyal, y la he bordeé siguiendo el perímetro, primero en un sentido y luego en el de vuelta.

Las sensaciones, teniendo en cuenta que no estoy demasiado en forma, eran cuanto menos curiosas, sobre todo después de todo lo que había leído sobre las 29, y de haberme tirado a la piscina con la compra.

Nada más salir y ajustar la altura del sillín, noto que parece que voy más alto que sobre mi antigua bici, la horquilla además de ser mas alta tiene ruedas mayores, de 29´ y se hace patente. El caso es que tiene una postura muy cómoda.

Al pedalear voy jugando con las tres opciones del amortiguador Fox, Rígida, Normal y Descenso:
La rígida convierte la bici en eso, una bici casi rígida en la que el amortiguador sólo actúa cuando encuentra un bache grande, y no interfiere para nada con el pedaleo, o si lo hace es inapreciable.
En la posición intermedia, se nota como el amortiguador actúa, pero no parece que moleste al pedaleo, incluso añadiría que en las cuestas arriba, parece leer el terreno, por lo que la rueda nunca pierde tracción y transmite una sensación de comodidad y agarre muy agradable. Puedes pedalear por terrenos abruptos sin que se te lleguen a resentir las posaderas.
El modo Descenso es muy intrusivo al pedaleo, y obviamente, sólo sirve para afrontar bajadas. Absorbe que da gusto pese a lo limitado de su recorrido (creo que son 100mm). Obviamente ahí también se nota la influencia el diámetro de las ruedas.

En cuanto a la suspensión delantera, también Fox, dispone como el amortiguador, de tres posiciones, funcionando con la misma efectividad que el amortiguador trasero.
Sorprende la rigidez que adquiere en la posición de bloqueo.
El modo intermedio, es normal con muy buena absorción y muy cómoda hasta en subidas.
La comodidad aumenta con el modo descenso, pero ahí si que se nota la interferencia con un pedaleo "con ganas".

En cuanto a lo que dicen de que el arranque es mucho más duro que con una 26´, no es del todo cierto, se nota, que al principio, cuesta más coger inercia, pero tampoco es algo que te haga decir que se nota un cansancio extra cada vez que quieres aumentar la velocidad o arrancar desde parado. Es cierto que se nota, pero es sólo acostumbrarse, o es que acaso, cuando hace muchísimos años
estrené mi primera mtb de 18 velocidades, después de venir de una bicicross, me quejaba?. No creo. Con el tiempo me habitué a las características de esa bici y a su diámetro de rueda sin problemas. Por eso para mí no es ningún defecto, es una diferencia a la que
indudablemente nos habituaremos como hemos hecho siempre.

La otra novedad, son los platos, que pude elegir fueran sólo dos. Teniendo en cuenta que mi bici antigua tenía 21 marchas, de las que quitando dos en el plato grande y otras dos en el plato pequeño, se quedaba en 17, ahora dispongo de dos platos y diez piñones, 20
desarrollos disponibles, son para mí más que suficientes. Lo único que de verdad he notado es que me falta algún desarrollo más largo, pero normalmente no es algo que necesite. Lo que me preocupaba que eran los desarrollos cortos, son más cortos que en mi bici anterior, por lo que son perfectos. Eso sí, ahora en subidas muy empinadas, al tener un manillar más alto, me veo obligado a echar mucho más el peso hacia adelante, e incluso levantarme del sillín.

En cuanto a la agilidad de la bici, poco puedo decir pues los caminos serpenteados por los que he ido, no son especialmente complicados, y sólo noto la mayor altura del manillar.
Además de que la prueba ha sido de una hora y media más o menos, y aún me queda habituarme a la bici (y cambiar la curvatura del manillar un poco que se me hace algo incómodo el que los extremos estén inclinados hacia abajo). Pero lo que me ha dado tiempo a probar es que efectivamente, la rueda, comparada con la de 26, cuesta algo más de meter en curvas enlazadas, pero seguramente, dentro de un tiempo, ni lo note.

Al rodar con la bici es donde se nota realmente la diferencia. La bici tiene más aplomo que las de 26, absorbe las irregularidades con gran suavidad, y como conclusión, la bici en sí es una pasada y el tener ruedas de 29´ no parece ser una moda, en mi opinión es un avance. Efectivamente lo que se dice de la pérdida de agilidad es en parte real, pero sin duda es habituarse.